miércoles, 21 de febrero de 2007

REALIDAD CRUEL E IMPLACABLE

Que sentimiento de impotencia siente uno cuando ve como su lucha es vana e inocua, un sin sentido, de nada sirven nuestros más grandes esfuerzos, nuestras mejores ideas se ahogan entre tanta estupidez. Que difícil es tratar de caminar al ritmo de los incapaces, es extenuante, sencillamente agotador, poco a poco se van acabando las fuerzas y antes de componerse ellos, somos nosotros los que nos vamos, poco a poco volviendo mediocres.

Que tragedia de existencia la que llevamos en este país aquellos que nos gustan las cosas bien hechas, respetar, tolerar. Aquí hasta la fila en un banco es desesperante, la constante lucha con el imbecil que no quiere esperar su turno, y que usa todos los recursos que pueda por pasar por encima de usted, como si valiera más que uno, como si fuera de una mejor raza, cuando no es más que un pobre ignorante que no comprende que todos tenemos los mismos derechos!.

No importa que tan honesto y trabajador sea usted, siempre habrá un delincuente que vivirá mejor que usted, que disfruta lo que a usted le está negado. Es como si todos los valores se hubiesen invertido, y estuviésemos en un mundo paralelo donde la mierda es caviar, donde el malo es admirado y el bueno es objeto de burla, de desden, donde el honesto tiene que sobrevivir y aguantar humillaciones mientras que el malo, vive en pequeños palacetes y rodeados de lujos que su hijueputa ignorancia no comprende ni aprecia. Recuerdo ahora a uno de los sicarios de Pablo Escobar, que tenía como vicio comprar obras de arte, pero no porque apreciara el trabajo del artista, no para nada solo era por lucirlos pero no los entendía, no los apreciaba, solo por agrandar el ego, pobre estupido.

Cuantas personas simplemente se marchitan siendo buenos, respetando las leyes, ayudando al necesitado, mientras otros se cansan de joder, joder y joder a todo el que cruza su vida y antes que castigo recibe afecto de la hipócrita sociedad, cuanta injusticia nos rodea, cuanto desperdicio humano.

Que temple el que tiene uno que forjar en está vida para no explotar, para encontrar una razón para no flaquear, para seguir fiel a sus principios y no ceder al ímpetu que te presiona para sucumbir a la bacanal de inmoralidad que nos rodea, que fácil es tomar lo que no nos pertenece, quien se va a enterar, nadie atestiguará tu robo, excepto tu propia conciencia. Aún no comprendo como puede uno apoyar la cabeza en la almohada todas la noches cuando ha jodido a alguien, cuando ha robado a esos de mirada marchita, que duro debe tener uno el corazón para ver como se muere la gente en la puerta del hospital que uno acaba de robar.

Acostumbro caminar entre la gente, y tomar buses que no necesito tomar, así el recorrido sea más extenso, y lo hago para observar al conglomerado humano, para entender qué los mueve, para penetrar de alguna forma su manera de pensar. Es decepcionante ver como la gente lleva una vida sin sentido, como ignoran al necesitado como si fuera un estorbo, como si no mereciera el aire que tiene en los pulmones. Solo observo ganado, ganado caminando sin sentido, sin norte, vidas vacías huecas de propósitos verdaderamente edificantes.

Ver ancianos vendiendo lotería, con una mirada triste y marchita, tratando de arañar un poco de sustento, y la gente pasa por su lado y no les miran a los ojos, que profunda tristeza, lo más triste que usted pueda ver, pero nadie se conduele, ni siquiera le escuchan su débil voz tratando de convencerlos que le compren un billete, para él poder paliar el hambre, para poder llevarle carne al hueso que él es, con sus ropas raídas. Esperando la piadosa muerte que le llega lentamente. Donde dormirá? Qué comerá?

Ver niños en semáforos sin estudio, con el ojo vidrioso de falta de comida, viviendo una realidad macabra que ninguno imaginamos, haciendo malabares torpes por el hambre que los atraviesa inmisericorde, niños sin sueños, niños que no juegan que ya son adultos que fingen cuando hay que fingir, lloran cuando hay que llorar, y matan cuando hay que matar. Que futuro puede haber para estos pequeños, que ni siquiera piensan en estudiar, en prepararse para salir de ese agujero de vida que tienen, qué harán en 20 años?

Ver a la señora que vive de lavar ropa, pilas interminables de ropa sucia, día tras día, sin descanso sin vacaciones, sin primas, camina con su paso cansado lleva años haciendo lo mismo se ha marchitado lentamente y todo para llevar una mediocre comida a la mesa de su familia, solo lo básico para que la maquina no se muera, no desfallezca, pero que propósito cumple? Como se agranda su espíritu? Fenece sin trascender!

Que vortice sin salida este que vivimos los que percibimos esto, los que nos duele, y el odio que cada día crece más y más cuando ve uno ese mundo político tan indiferente, les importa un bledo, el destino de este pueblo, solo andan delinquiendo cuando no tiene razón para ello, pero lo hacen cínicamente, calculadamente con saña. Que difícil es luchar contra ese odio, y evitar que se apodere del alma, que la contamine ese odio. Y se ofenden cuando les sorprenden en sus pilatunas, y se rodean de argumentos, de palabras grandilocuentes excelsos oradores que engrupen al ignorante, que lo engañan, se aprovechan de él y le perpetúan esa ignorancia para que su hijo abuse de los hijos del ignorante. Un ciclo sin fin sin quiebre, infinito!

No comprendo como no quieren ver a este pueblo surgir, verles los ojos llenos de ilusiones, de planes, de ideas. Que puede ser más reconfortante que empezar a solucionar problemas en estos países donde todo está por hacer, donde lo mínimo falta, como no entregar nuestro conocimiento y para dar ese salto definitivo en contra de la ignorancia. Lo reconozco todavía soy ingenuo, aún creo que algún día se transformará está realidad, pero con nuestro esfuerzo con nuestro trabajo honesto, pero esa esperanza es cada vez más débil más tenue. Ya me está ganando la realidad!

A veces me gustaría ser como los demás y poder anestesiarme como ellos lo hacen, con un partido de fútbol, con el sexo, con el alcohol, anestesiante que tanto les gusta, como me gustaría no poder percibir está realidad, y vivir feliz entre la mierda, como los demás hacen, pero no puedo nunca he podido desde niño estoy condenado ha padecer y a sentir el dolor ajeno como propio. Alguna vez alguien me dijo que a medida que creciera se me pasaría, pero no cada vez es peor, cada vez me cuesta más ignorar esta decadencia ha de ser que no he madurado, quizás todavía tengo una mente infantil.

Tal vez ser adulto es ser hijueputa, es pasar encima de los demás como si fueren piso, y no mirar atrás, ser despiadado ir siempre a la nuca. Desangrar al enemigo y tomar su sangre. Compasión solo para los idiotas! pero que sin sentido, cuantos no he conocido que han hecho eso y al final qué consiguen? solo posesiones materiales pero cargan con un hueco en la existencia, la certeza de que se equivocaron, que pisotearon a gente que venia con ellos, que seguramente les apoyo pero que ellos solo usaron y desecharon, pero al final siempre se acuerdan de lo que hicieron. Y le temen a la muerte porque saben que tarde o temprano pagarán lo que hicieron.

Que duro es vivir, ver y entender la realidad y saberse solo en esa lucha, en una lucha anónima que nunca nadie conocerá nadie sabrá el esfuerzo tan grande que se ha hecho lo que se ha sacrificado. Y heredaremos esto a nuestros hijos, que por piedad pido que no sean como yo, que nunca sepan estas cosas que nunca entiendan que sean como los demás, tal vez así puedan ser felices.

Atentamente,

EL AMARGADO.